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sábado, 3 de octubre de 2020

Cuento: Hay que luchar contra los ricos!

"... hay que luchar contra los ricos!

Estaba muy enojada y luego dijo apasionadamente: "No hay que luchar contra los pobres, hay que luchar contra los ricos".

Al oirla, comencé a recordar y mientras buscaba en el armario el sombrero, vi las galochas modernas de silicona con olor a jazmín que me regaló mi madre antes de morir. Pensé ¿qué bárbaro esta humanidad, cuántos inventos!

Pero la frase de Hebe de Bonafini resonaba en mi cabeza: "... hay que luchar contra los ricos" tal vez por eso recordé aquél hombre rico, oriundo de Tucumán, quien donó todos sus bienes a la Univiersidad Nacional de Tucumán. Miguel, había soltado su fortuna que era el amor por la ciencia. Sí, su extensa biblioteca, más todas sus colecciones y también una considerable suma de dinero. 

¿Su fortuna era bien habida? ¿será por eso que la pudo donar? ¿será que el amor todo lo puede?

Busqué en Internet: Su primer ensayo sobre la flora tucumana fue publicado en 1888 y luego publicaría otras tantas obras más. Y en 1933, la universidad en su honor crea la Fundación Miguel Lillo.

Apagué la compu y salí a despejarme, para dar clama a mis pensamientos, pero no, éstos estaban alocados: "... hay que luchar contra los ricos". 

De vuelta a casa veo el automóvil descapotable negro de Mónica la vecina y recordé que ella me había comentado hace ya unos quince años atrás que investigadores de la Fundación Lillo junto con los del CONICET desarrollaron  la leche biótica de interés mundial. 

Esta leche ayudó y ayuda a millones de niños pobres sufrientes de diarrea y además les favorece el sistema inmune. 

Ja! Golazo de Maradona! Por fin pude unir a mi Argentina querida. Me quedó claro que Hebe se refería a "... hay que luchar contra los desalmados".

FIN del cuento corto.


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